La primera menstruación, también conocida como menarquia, es un hito en el desarrollo de muchas infancias y adolescencias. Sin embargo, aún existen muchos mitos, tabúes y falta de información en torno a este proceso. Para garantizar un acompañamiento adecuado, es esencial abordarlo desde un enfoque de género, de derechos humanos e inclusivo, asegurando que todas las personas tengan acceso a información clara y sin estigmas.
El acceso a educación menstrual de calidad es una cuestión de equidad. La menstruación no es exclusivamente un tema de "niñas y mujeres", ya que existen personas trans, no binarias e intersexuales que también menstrúan. Es fundamental romper con la idea de que la menstruación define el género de una persona y, en su lugar, promover un acompañamiento basado en la autonomía y el respeto a la identidad de cada quien. Por otro lado, erradicar el estigma menstrual y desafiarlo es tarea de todas las personas.
La menstruación no debería ser un obstáculo para la educación, la salud o la participación social. Sin embargo, la falta de acceso a productos menstruales, agua potable e instalaciones adecuadas sigue siendo una barrera para muchas personas en el mundo. Garantizar el derecho a la salud menstrual implica acceso a productos de gestión menstrual, educación libre de estigmas y políticas públicas que atiendan estas necesidades.
Para acompañar la menarquia de manera positiva, es clave generar espacios de confianza, información clara y libre de juicios. Algunas estrategias incluyen:
- Conversaciones abiertas y sin tabúes: Hablar de la menstruación desde edades tempranas permite que la información se integre de forma natural.
-
Uso de materiales educativos accesibles: Juegos, libros y actividades pueden ayudar a explicar la menstruación de forma cercana y amigable.
"Mi Cuerpo es Valioso": un juego para hablar de la primera menstruación
El juego "Mi Cuerpo es Valioso" es una herramienta educativa basada en evidencia científica y en las Orientaciones Técnicas de la UNESCO. Diseñado para abrir espacios de diálogo sobre menstruación y pubertad, facilita conversaciones entre niñas, familias y profesionales de la educación y salud.
Con categorías como salud menstrual, emociones y consentimiento, ayuda a comprender el desarrollo de forma cercana y libre de tabúes, ideal para usar en casa, colegios o talleres.
- Fomentar el autocuidado: Enseñar sobre los cuidados menstruales, los diferentes productos disponibles y el bienestar físico y emocional.
- Involucrar a toda la comunidad: La educación menstrual no es solo para quienes menstrúan; es un tema social que involucra a familias, educadores y comunidades.
- Respetar la identidad de cada persona: Evitar suposiciones sobre cómo vive cada quien su menstruación y ofrecer apoyo sin imponer narrativas ajenas.
La primera menstruación es un evento natural que merece ser vivido con información, apoyo y dignidad. Desde un enfoque de género y derechos humanos, podemos transformar la manera en que acompañamos este proceso, asegurando que todas las personas que menstrúan lo vivan con confianza y sin barreras.
Es momento de derribar los mitos y construir una educación menstrual basada en el respeto, la inclusión y el bienestar.